Puede decirse que la praxis del urbanismo español está al día con los estándares internacionales más exigentes. Del mismo modo existe suficiente reflexión y análisis crítico que dotan de una alto contenido intelectual al urbanismo madrileño. Y sin embargo, la "institución" del planeamiento aún no ha alcanzado este nivel. Estructuras y procesos rígidos que sobreviven del pasado impiden alcanzar el necesario grado de igualdad en el acceso a información y los procesos, la flexibilidad en la aplicación del planeamiento y el equilibrio entre los diferentes agentes sociales e institucionales. Es el "eslabón débil" del urbanismo madrileño.