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Lara Maestripieri, Raquel Gallego Calderón 
El modelo de Estado de Bienestar del sur de Europa se caracteriza por el importante papel del cuidado proporcionado por la familia. Numerosos estudios muestran la sobrecarga funcional de las familias con menores de tres años, en que el trabajo no remunerado es realizado principalmente por las mujeres (incluso si trabajan a tiempo completo), en un contexto en que la provisión pública y privada de cuidado infantil es insuficiente para cubrir las necesidades familiares. En Barcelona, la aparición de proyectos socialmente innovadores ha cubierto parcialmente la demanda de cuidados a la infancia de 0 a 3 años. Estos proyectos se basan en comunidades de cuidados formadas por madres, padres y educadoras. Sin embargo, el COVID-19 ha tenido un fuerte impacto en los participantes en innovaciones sociales como madres de día o hogares de crianza, espacios de crianza y grupos de crianza. Las educadoras que trabajan en estos proyectos tuvieron dificultades para sobrevivir económicamente cuando el confinamiento de la primavera de 2020 les obligó a cerrar, lo que a su vez obligó a las madres a compatibilizar con mayor dificultad trabajo y cuidados.
Este artículo presenta los efectos de la pandemia del COVID-19 en las madres y las educadoras implicadas en proyectos de cuidados del 0-3 socialmente innovadores en Barcelona. El paper utiliza material empírico cuantitativo y cualitativo recogido entre mayo de 2020 y junio de 2021: entrevistas a representantes de asociaciones de cuidados a la primera infancia, educadoras y madres (antes y después del inicio del COVID-19 en España), y una encuesta a madres con menores de entre 0 y 3 años (después del confinamiento). Los resultados de nuestra investigación muestran que las comunidades que están detrás de estos proyectos constituyen un recurso crucial. Madres, padres y educadoras se ayudaron mutuamente, compartiendo cuidados y recursos económicos para mantener funcionando los proyectos y encontrar nuevas soluciones para el equilibrio entre trabajo y familia.
A distinctive role of family care defines the southern European welfare models. Several studies have highlighted the functional overload for families with children under three years old, in which unpaid work is mainly provided by women (even when they work full time), in a context in which the public and private childcare provision is insufficient to meet families' needs. In Barcelona, the emergence of socially innovative projects has partially covered the demand for 0-3 childcare. These projects are based on communities of care made up of parents and educators. However, COVID-19 has severely impacted the participants in social innovations such as childminders, free-education nurseries, and community care groups. Educators working in these projects struggled to survive economically when the 2020 spring lockdown forced them to close, while the closures obliged mothers to juggle work with care.
This article presents the effects of the COVID-19 pandemic on mothers and educators involved in socially innovative 0-3 childcare projects in Barcelona. The paper uses qualitative and quantitative empirical material gathered between May 2020 and June 2021: interviews with representatives of childcare associations, educators and mothers (before and after the outbreak of COVID-19 in Spain), and a survey with mothers with children under three (after the lockdown). The results of our investigation show that the communities behind the projects constituted a crucial resource. Parents and educators helped each other, sharing care and financial resources to keep the projects going and find new solutions to the work-family balance.
