Rafael Jiménez Sánchez
Probablemente lo más difícil para un militar empeñado en aprender bien su profesión sea entender con claridad la diferencia entre un jefe (Mando con mayúsculas en el argot militar) y un líder. Los amantes de las defi niciones dirán que un jefe es impuesto, mientras que un líder se impone, un jefe tienen subordinados, un líder tiene seguidores, a un jefe le ampara la norma, el reglamento, a un líder le ampara su carisma, un jefe comete errores, un líder cae en desgracia....Así podríamos seguir dando matices que diferencian a uno y otro. El liderazgo es algo unido de forma natural a la milicia, la jefatura viene impuesta por principios prácticos de gestión y organización. Hay una situación de riesgo que yo considero extrema, pero que pasa desapercibida, y casualmente se aprende de forma indirecta en las Academias Militares, se trata de la convivencia en operaciones durante largos periodos separados de la familia y en un ambiente muy diferente al que estamos acostumbrados; en estas situaciones el riesgo es una amenaza latente y no necesariamente se trata de riesgo físico, la confi anza en tus com- pañeros y en tus jefes es lo que realmente te permite superar las difi cultades. Se viven periodos largos de tedio o esperas interminables y ráfagas, normalmente breves, de actividad muy intensa, en esos momentos el liderazgo brilla de forma espectacular.