Analizamos el derecho a la educación como derecho fundamental desde una perspectiva laboralista, es decir, como un derecho fundamental inespecífico. La educación como un derecho fundamental inespecífico denota precisamente la necesidad de avanzar en el estudio y análisis de este derecho a la educación de nuestras trabajadoras y trabajadores en su concepción como derecho fundamental. La preocupación por la educación, enseñanza y capacitación de nuestras trabajadoras y trabajadores no es nueva. Desde el propio origen del sistema de producción capitalista, el mundo sindical se ha preocupado por la “enseñanza” de las personas trabajadoras, como un medio, no solo de aprendizaje, sino de dignificación y progreso social, planteando la necesidad de considerar al trabajador como algo más de una mercancía al servicio del empresario.