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José Luis Monereo Pérez 
Un salto significativo en la coyuntura actual se opera en nuestro país con el Instrumento de Ratificación de la Carta Social Europea Revisada (1996) y su Protocolo Adicional que desarrolla un sistema de reclamaciones colectivas (1995). En su proceso dinámico de juridificación, la Carta Social Europea 1961-1996 se incardina en la tradición contemporánea del "constitucionalismo de Derecho Social". Se sitúa en una "lógica sistemática dualista" propia del intervencionismo público de Estado Social de Derecho a través de la garantía jurídica de los derechos sociales de desmercantilización "relativa" del trabajo y del constitucionalismo de Derecho privado y social, es decir, con una nítida proyección directa en las relaciones laborales (efecto horizontal de los derechos fundamentales sociales prestacionales y de libertad). Este proceso de consolidación del constitucionalismo democrático-social en que se inserta y profundiza la Carta Social Europea Revisada no hace sino realzar que cualquier reforma en materia de derechos sociales tendrá necesariamente que contar con el cumplimiento efectivo de este Instrumento con rango normativo de Tratado. La Carta Social Europea es la verdadera "constitución social de la Europa amplia".
A qualitative leap in the current situation is operated in our country with the Instrument of Ratification of the Revised European Social Charter (1996) and its Additional Protocol that develops a system of collective claims (1995). In its dynamic process of juridification, the European Social Charter 1961-1995 is part of the contemporary tradition of "social law constitutionalism". It is situated in a "dualistic systemic logic" typical of the public interventionism of the Social State of Law through the legal guarantee of the social rights of "relative" demercantilization of work and of the constitutionalism of private and social law, that is, with a clear direct projection in labor relations (horizontal effect of hte fundamental social right of benefits and freedom). This process of consolidation of social-democratic constitutionalism, in which the Revised European Social Charter is inserted and deepened, oncly higlights the fact that any reform in the field of social rights will necessarily have to rely on the effective compliance with this instrument with the normative rank of a Treaty. The European Social Charter is the true "social constitution of the wider Europe".
