La libertad de imprenta fue término omnicomprensivo de la garantía de expresar el propio pensamiento y la de servirse de la información como fuente de conocimiento. Ha sido uno de los presupuestos de la Fuerza Constituyente Inicial conformadora de un nuevo orden; además, será componente básico de las relaciones de poder y el juego político que marcará la vida de nuestros pueblos. Bajo la revisión del debate en el Congreso Constituyente de Valencia de 1830, se destaca la trabazón entre la forma democrática y la libertad de expresión, como fermento de una sociedad plural y mecanismo de control sobre los gobernantes