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En 2020 la pandemia causó una crisis del mercado de trabajo más profunda que la generada por la crisis financiera mundial de 2009. Las medidas de contención fueron la principal causa del daño a los mercados de trabajo, que afectó particularmente a las economías de ingreso mediano, así como a ciertos sectores, como las actividades de alojamiento y servicio de comidas, y determinados grupos poblacionales, como las mujeres jóvenes. Frente a los procesos de ajuste del empleo impuestos en la crisis financiera mundial, durante la crisis de la COVID-19 la inactividad ha aumentado más que desocupación. Deben mantenerse las políticas de apoyo para evitar las desigualdades en la recuperación.
