Carmen García Martínez
Talavera de la Reina conserva en su estampa urbana, y en el entorno que la rodea, las huellas de una historia jalonada por etapas de esplendor y otras de crisis, como la difícil coyuntura experimentada en los últimos años. Su espacio urbano gira en torno a un casco histórico, cuya estructura se configura en tiempos medievales y en el que aún resiste un valioso conjunto patrimonial, a pesar de la destrucción que ha sufrido. A partir de los años cincuenta del siglo XX, se produce una rápida transformación y ampliación de su tejido urbano. En nuestros días, en su trama urbana se suceden y superponen, a veces sin mucho orden, distintos modelos constructivos que, mezclados con las tipologías rurales tradicionales, van desde las torres en altura de los barrios más recientes, las manzanas compactas y densas de viviendas para poblaciones de renta baja, o las urbanizaciones de unifamiliares de clases acomodadas. Todo ello en un espacio vertebrado y definido por potentes ejes de comunicación (como la vía férrea o la actual autovía de Madrid a Extremadura) y por el río Tajo, cuya presencia acompaña de forma inseparable a la ciudad de la cerámica. La expansión de la agricultura de los años cincuenta no sentó las bases de un desarrollo permanente y, en el momento actual, con una población de 83.477 habitantes, se encuentra en una fase de redefinición de sus bases económicas para encontrar nuevas oportunidades de futuro.