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Rafael Martínez Martínez 
Con el fin de la Guerra Fría, los viejos paradigmas de seguridad quedaron caducos. Han cambiado las amenazas y los agentes de hostilidad. Se ha desvanecido la protección focalizada en los territorios y han cobrado relevancia los humanos. Ha perdido importancia la potencia militar como único garante de la seguridad nacional, cobrando valor otras herramientas. Hoy el escenari o es más complejo, compuesto y volátil, y reclama de los gobiernos un ejercicio de planificación que exige prospectiva o, cuando men os, diagnosis. En esta nueva dinámica, las Estrategias de Seguridad Nacional son herramientas que ayudan a saber dónde se está, qué amenaza, a dónde se quiere llegar y qué se necesita y quién está implicado para llegar ahí.
With the end of the Cold War, the old security paradigms have become outdated. Threats and agents of hostility have changed.
Protection focused on territories has faded and humans have become more important. Military power as the sole guarantor of nati onal security has lost importance, and other tools have become more valuable. Today’s scenario is more complex, composite and volati le, and requires governments to engage in a planning exercise that demands foresight or, at the very least, diagnosis. In this newdynamic, National Security Strategies are tools that help us to know where we are, what the threat is, where we want to get to, what is needed and who is involved in getting there.
