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David Arellano Gault 
, Alejandra Medina, Roberto Rodríguez
El normar e institucionalizar la figura del informante interno es una deci-sión de alta complejidad en cualquier democracia. Se presenta un análisis comparativo de la experiencia de diez países (y la iniciativa de ley 2011 mexicana) que han legislado sobre la materia y que podrían ser lecciones interesantes para países como México o similares. Existen límites importan-tes debido a la dificultad de regular comportamientos de individuos y actores organizacionales en contextos de racionalidad limitada. Considerar este mecanismo encara incertidumbres (como la determinación precisa de un acto de corrupción) en un contexto institucional y organizacional inmerso en presiones políticas y organizacionales de diversa índole.
