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Los estudios de opinión pública muestran que los encuestados no tienen una posición definida en temas políticos y morales. Así, no deciden el partido o candidato por el que van a votar con base en su propia postura. México tiene esta clase de patrones. Estos resultados se deben, en gran medida, a la existencia de un error de medición. Este artículo presenta un mecanismo para corregir ese error y busca averiguar qué papel desempañaron de hecho las posturas sobre los distintos temas en la decisión de voto del padrón mexicano durante los comicios presidenciales de 2006. La importancia que se da a esas posturas es un concepto fundamental para entender qué posiciones específicas resultan relevantes y cuáles no lo son cuando se decide por quién votar.
