Carmen Claudín Urondo
El Kremlin no persigue la neutralidad militar de Ucrania, sino imposibilitar en todo su vecindario la persecución de un proyecto político que aspire a construir un Estado de Derecho, que respete el pluralismo y todas las demás libertades fundamentales. Como lo está demostrando la guerra criminal desatada por Putin contra los ucranianos; sentar un precedente como este es especialmente peligroso en un país como Ucrania, porque demostraría a los propios ciudadanos de Rusia que ser eslavo no predestina a no poder disfrutar de las ventajas de un sistema democrático. No nos confundamos, lo que teme Putin no es una Ucrania en la OTAN, sino una Ucrania democrática.