Lo que quedará de la cumbre Unión Europea-América Latina y Caribe celebrada en Viena el 12 de mayo pasado, es la confirmación por el presidente boliviano Evo Morales de la nacionalziación - término que en Europa se ha vuelto tabú - de las empresas de hidrocarburos de su país. Y la promoción pública por parte de Venezuela, Bolivia y Cuba de principios de comercio internacional contradictorios con el dogma del libre cambio.