Pensar en América Latina sobre una era en la que los Estados Unidos no sean la potencia hegemónica mundial está ahora fuera no sólo de nuestra capacidad analítica -mucho más volcada a las cuestiones fundamentales del continente en su conjunto y/o a las de las subregiones y países-, sino que objetivamente aunque los Estados Unidos se encuentren en una etapa de pérdida hegemónica en el terreno económico, frente a otros países y regiones mundiales, para América Latina aun la presencia norteamericana será por un largo periodo el poder hegemónico regional.