El último decenio del siglo XX se presenta para las naciones de América Latina y el Caribe como una compleja coyuntura histórica en la que deberán enfrentarse numerosos retos -económicos, politicos, sociales, culturales, etcétera- para definir el futuro de la región y su inserción en un contexto internacional marcado por profundos cambios globales y por el reordenamiento del sistema económico mundial.