La pandemia del COVID ha impactado de manera profunda en la vida universitaria.
Algunos de los efectos aún se sienten.
Necesitamos una perspectiva de medio y largo plazo para evaluar las profundas conmociones en los procesos de aprendizaje, en esta, la generación de la pandemia. Pero la capacidad de adaptación de las instituciones de educación superior es un buen presagio de que son posibles los necesarios cambios, que se venían reclamando desde hace tiempo.