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José Antonio Castillo Parrilla
La crisis sanitaria derivada de la COVID-19 ha puesto de relieve la necesidad de instrumentar mecanismos de cooperación social en el ámbito sanitario (y, especialmente, farmacéutico) si pretende lograrse una rápida superación de situaciones como la que hemos vivido desde enero de 2020.
En este trabajo pretendemos reflexionar sobre la utilidad que podría tener la noción de función social de la propiedad aplicada al ámbito de las patentes de vacunas, tomando como punto de partida los hechos sufridos por toda la población en los últimos casi dos años, los actuales (y engorrosos) mecanismos de los Acuerdos ADPIC para hacer frente a necesidades de medicamentos por parte de ciertos Estados y la solicitud liderada por India y Sudáfrica de exención de la aplicación de ciertas partes de dichos Acuerdos mientras dure la situación de crisis sanitaria y en aras de favorecer una vacunación masiva de la población.
The health crisis resulting from COVID-19 has highlighted the need to implement social cooperation mechanisms in the health (and, especially, pharmaceutical) field if we are to quickly overcome situations such as the one we have experienced since January 2020.
In this paper we intend to reflect on the usefulness of the notion of the social function of property applied to the field of vaccine patents, taking as a starting point the events suffered by the entire population in the last almost two years, the current (and cumbersome) mechanisms of the TRIPS Agreements to address the medicine needs of certain States and the request led by India and South Africa for exemption from the application of certain parts of these Agreements for the duration of the health crisis situation and in order to promote mass vaccination of the population.
