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Julián Ramos Ramos
Por su posición geográfica central en la Península Ibérica, la toma militar de la ciudad de Toledo fue vital para los planes estratégicos del Estado Mayor Napoleónico y su recuperación por la Milicia Nacional del Ejército Español, fue, asimismo, trascendental para el desarrollo de la contienda armada desa rrollada durante la guerra por la Independencia durante el sexenio comprendido entre 1808-1814. En efecto, la ocupación del Baluarte del Tajo, favorecía, de una parte, el aprovisionamiento de los ejércitos por la abundancia de alimentos que las vegas y las llanadas de su cuenca hidrográfica proporcionaban al continuo movimiento de tropas y por otra, la valiosa situación táctica de la plaza, se comportaba como un corredor de acceso hacia la meseta Sur, el valle del Guadalquivir y el litoral Oriental. El paso natural de Almansa pone en contacto las tierras centrales con la costa Levantina mientras que por los puertos de los Montes de Toledo y por Despeñaperros se accede hacia Andalucía. Bordeando el curso medio y bajo de la doble corriente del río Tajo se alcanza la costa lusitana. Por tanto, la consecución de este doble objetivo, marítimo y continental será de capital importancia en el dominio de la mitad Sur. A consecuencia de ser un escenario principal del prolongado conflicto armado, el patrimonio monumental de su casco histórico, que había llegado prácticamente entero a inicios de la Edad Contemporánea, al igual que el entramado urbano de su medina y de sus arrabales, fue seriamente dañado.
Toda una generación de fotógrafos, tanto extranjeros como nacionales, instruidos por los libros de viajes, bien ilustrados con las fundamentales obras artísticas de la ciudad como por las guías turísticas, retratarán, con su cámara, tanto la desaparición de dificios singulares como la rehabilitación de zonas y parajes significativos de su entorno, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.
