Salamanca, España
Malasia es un país federal con descentralización asimétrica donde los pueblos indígenas gozan de diferente nivel de autonomía política reconocido en la Constitución federal. Se da la paradoja de que Sabah y Sarawak son dos de los territorios con mayor reconocimiento de derechos indígenas de todo el Sudeste Asiático, mientras que los estados de Malasia Peninsular están entre los territorios con menor reconocimiento de derechos de los pueblos indígenas de la región. Sin embargo, el ejercicio de la autonomía política no siempre se corresponde con los derechos reconocidos en la ley. La configuración de derechos reconocidos y relaciones con los gobiernos estatales más o menos democráticos explican el distinto alcance de ese ejercicio, así como las demandas y repertorios de acción colectiva planteados por las organizaciones indígenas. Existen algunas experiencias positivas surgidas a raíz de algunos cambios políticos en el país, pero los desafíos y las amenazas a la autonomía indígena persisten especialmente en algunos territorios.
Malaysia is a federal country with an asymmetric decentralization where indigenous peoples enjoy different levels of political autonomy recognized in the federal Constitution. The paradox is that while Sabah and Sarawak are two of the territories with the highest level of recognition of indigenous rights in all of Southeast Asia, the states of peninsular Malaysia are among the territories with the lowest recognition of the rights of indigenous peoples in the whole region. However, the exercise of political autonomy does not always correspond to the rights recognized by law. The configuration of recognized rights together with the relationship established with the more or less democratic state governments explains the different scope of this exercise, as well as the demands and repertoires of collective action raised by indigenous organizations. There are some positive experiences that have emerged as a result of some political changes in the country; however, the challenges and threats to indigenous autonomy persist, especially in some territories