El fútbol ha dejado de ser un deporte para ser un negocio como tantos otros, donde, como en las fábricas o en los consejos de administración, se valora a los hombres como si fueran cosas, en función de los beneficios que de ellos se puedan obtener para alcanzar el máximo rendimiento económico, al margen de cualquier pensamiento de tipo moral o humano, dejando de lado su libertad como personas.
Soccer has ceased to be a sport to be a business like so many others, where, as in factories or on boards of directors, men are valued as if they were things, based on the benefits that can be obtained from them to achieve maximum economic performance, regardless of any moral or human thinking, leaving aside their freedom as people.