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Jyväskylä, Finlandia
En la primera temporada de “Fortitude” (2015), la serie policial de televisión Eco Noir, el oso polar aparece como una figura recurrente que representa una carga afectiva ambigua como símbolo del calentamiento global. Este artículo analiza las formas en las que el oso polar provoca el afecto del espectador en la serie, a través de dos discursos. El primero se identifica con la violencia, fundamentalmente presente en las narrativas del crimen, y en cómo se posicionan los seres humanos y no humanos en relación con el calentamiento global, la violencia y entre sí. Suscita cuestiones de lugar y pertenencia en un contexto local y global e identifica cómo se construye la figura del oso polar en términos del peligro del extraño y la victimización en relación con la humanidad y con la amenaza del calentamiento global. El segundo se centra en las formas en las que el oso polar se vuelve complicado como objeto de la mirada humana y cómo este proceso de personas que miran fotos artísticas de osos construye y deconstruye la relación sujeto-objeto, la jerarquía y la agecialidad. Metodológicamente, el artículo se basa en un “análisis detallado” y los principales puntos de partida teóricos son la ecocrítica y la teoría del afecto. El artículo sostiene que la representación del oso polar contribuye de manera esencial al énfasis social y medioambientalmente crítico, esencial en las narrativas criminales contemporáneas, incluida “Fortitude”: la representación del oso polar que distrae y con carga emocional evoca respuestas afectivas ambiguas en los espectadores. Por lo tanto, como se argumenta además en el artículo, una representación de este tipo es capaz —y propensa a— inducir una mayor conciencia de la actual crisis ambiental que una representación más directa y con menos carga afectiva.
In the first season of the television Eco Noir crime series “Fortitude” (2015) the polar bear appears as a sticky object that embodies an ambiguous affective charge as an icon of global warming. This article discusses the ways in which the polar bear evokes viewer affect in the series through two discourses. The first one relates to violence, essentially present in crime narratives, and how the human and nonhuman animal are positioned in relation to global warming, violence and each other. It raises questions of place and belonging in a local and global context and examines how the polar bear is constructed in terms of stranger danger and victimization in relation to human animals and the threat of global warming. The second one targets the ways in which the polar bear is rendered sticky as the object of the human gaze and how this process of human animals looking at photographs of bears both constructs and deconstructs the subject-object relation, hierarchy and agency. Methodologically, the article draws on “close looking” and the main theoretical starting points are ecocriticism and affect theory. The article argues that the representation of the polar bear contributes in essential ways to the socially and environmentally critical emphasis essential in contemporary crime narratives including “Fortitude”: the distracting and emotionally charged representation of the polar bear evokes ambiguous affective responses in viewers. Thus, as the article further argues, a representation of this kind is capable of—and liable to— inducing a heightened awareness of the present environmental crisis than a more straightforward, less affectively charged representation.
