Los virajes ideológicos de las políticas internas de Brasil y México han modificado sus relaciones diplomáticas con China. En este nuevo contexto, tanto la retórica neonacionalista de Jair Bolsonaro como la izquierdista de Andrés Manuel López Obrador y las políticas proteccionistas del gobierno de Donald Trump plantean dificultades para que China alcance sus objetivos de política exterior.