Maximiliano Emanuel Korstanje
Los intentos por definir al turismo han alegado en forma reciente, que su complejidad amerita un tratamiento interdisciplinar. Seguramente así sea, pero no por ello podemos pasar por alto las quejas de Paco Muñoz de Escalona respecto a la falta de una epistemología específica fuera del terreno comercial. En vistas de ello, la interdisciplinariedad puede alejarnos de un entendimiento del fenómeno. Dentro de la discusión definimos al turismo como un “ritual de pasaje” asociado (como el sueño) a una función renovadora dentro de la sociedad. Para la instalación de una disciplina de corte turística es necesario identificar prácticas no occidentales de escape o turismo y asociarlas a sus respectivas matrices de producción, a la vez que debe definirse al fenómeno como un ritual de pasaje posible sólo bajo condición de ruptura temporal con el espacio de origen, y de un compromiso de no agresión por parte del anfitrión, a la cual conocemos como hospitalidad.