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Dyah Maria Wirawati Suharno, Claudine Friedberg
En Indonesia, el cambio de régimen se refleja especialmente en la aplicación desde 2001 de una ley destinada a promover la autonomía local. Este es el nuevo contexto en el que debe situarse la actividad de las ONG que trabajan sobre la diversidad biológica. Se trata no sólo de las organizaciones especializadas en temas de medio ambiente sino también de las que se ocupan de los derechos humanos, pues son éstas las que se encargan de delimitar el territorio de cada población local. Esas entidades están vinculadas en su mayoría a las grandes ONG internacionales, que cuentan con delegaciones de ámbito nacional y además, a veces, con representantes locales, aunque éstos no siempre pertenezcan a la población autóctona. En términos generales, el personal de las ONG que trabaja sobre el terreno suele gozar de formación universitaria, provenir de otras regiones de Indonesia y tener un conocimiento muy somero de la realidad local y los rasgos socioculturales de cada población, reducido frecuentemente a las contadas generalidades que figuran en los libros. Pero Indonesia es un país culturalmente muy heterogéneo, con marcadas diferencias entre una isla y otra, e incluso también dentro de una misma isla, sobre todo en lo concerniente a las formas de gestión del medio natural, que dependen no sólo de las técnicas utilizadas sino también de los sistemas tradicionales de organización de la sociedad local y de la concepción que tienen sus integrantes de sus vínculos con el resto de seres vivos. Antes de emprender cualquier acción es necesario detenerse a reflexionar sobre las necesidades reales de las poblaciones y el mejor modo de adaptar la formación que recibe el personal de las ONG al cometido que tienen asignado esas organizaciones.
