Consideramos la posibilidad de virtudes intelectuales (epistémicas) en contextos sociales de producción del conocimiento como lo son las comunidades científicas. En estos contextos, la red de relaciones de dependencia epistémica entre sujetos va más allá del simple testimonio. De modo contingente, un adecuado establecimiento de mecanismos de control de calidad epistémica abrirá una posibilidad de emergencia de virtudes públicas. Para lograr este objetivo, proponemos tres condiciones para una especie estable de "contacto social epistémico" con el fin de conservar los niveles más altos de calidad en el modo del conocimiento. La primera es la existencia dentro de la comunidad epistémica de un mecanismo social de interdependencia que se sostiene por sí mismo. Este mecanismo evita la necesidad de una autoridad externa que haga cumplir las normas. En segundo lugar, proponemos que el conocimiento tenga la condición de un bien público y, en consecuencia, su producción caiga bajo los dilemas racionales de acción colectiva. En tercer lugar, conjeturamos la existencia de un límite superior necesario en el tamaño de la comunidad como una condición de solución cooperativa que se sostiene por sí misma.