Jorge Barrecheguren Fernández
El Depósito Franco de Vigo, concedido por Real Decreto del Ministerio de Hacienda de 22 de octubre de 1918, es una institución franca encaminada a dinamizar el comercio internacional, un enclave de excepción aduanera. Su instalación responde a los intereses de una burguesía que se veía afectada por el proteccionismo arancelario del estado español como conserveros, comerciantes o importadores de carbón, canalizados a través de diversas instituciones y recibiendo la iniciativa una pátina de viguismo que la convierte en interesante objeto de estudio para aproximarnos a la sociedad en que ve la luz. Un homenaje necesario a una institución que ha caído en un injusto olvido a pesar de haber desempeñado un papel clave en el desarrollo comercial e industrial de la ciudad de Vigo