Valparaíso, Chile
El proceso constituyente chileno, inédito en nuestra historia y cultura política, ha ofrecido múltiples insumos de análisis para los cercanos a las disciplinas políticas, desde constitucionalistas, filósofos, cientistas políticos, sociólogos, entre otros. Cada una de estas disciplinas entregará preguntas, problemas, respuestas e interpretaciones diversas frente a tópicos más bien transdisciplinares.
La idea de la “hoja en blanco” es uno de los temas centrales del debate entre partidos políticos -que tuvo como fruto el “Acuerdo nacional por la paz y la nueva Constitución” de noviembre de 2019- y como tal no se sustrae de lo anterior.
Frente a la cuestión de si resultaría veraz la aseveración de que la Constitución chilena -acaso cualquier proceso de renovación constitucional- puede partir “desde cero” con una “hoja en blanco” mi postura desde la filosofía política es que, primeramente, “hoja en blanco” y “partir de cero” son conceptos con significados distintos y -en segundo término- la idea de “hoja en blanco” tiene un sentido práctico bastante restringido. Por lo anterior, la discusión constitucional y la confección misma de la carta fundamental no sólo no partirán de cero tanto en sentido de ideas y sentido práctico, sino que es imposible que así lo hiciera.