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Fernando Aguayo Hernández, Silvana Valencia Pulido
En este trabajo se muestran algunos ejemplos de las inconsistencias que se presentan en los respectivos instrumentos de consulta de los acervos fotográficos mexicanos; a partir de analizar las formas de poner en acceso público cientos de ejemplares atribuidos a Winfield Scott y Charles B. Waite, fotógrafos estadounidenses que trabajaron en México a principios del siglo XX. Se plantea la hipótesis de que una temprana valoración de la calidad “estética” de esa producción fotográfica, posibilitó que se organizaran las fotografías siguiendo criterios de la historia del arte y haciendo de lado las propuestas de las ciencias de la documentación. Para evitar las inconsistencias en los contenidos de los instrumentos de consulta, este trabajo pone de relevancia la necesidad de crear grupos documentales en los procesos de catalogación de colecciones fotográficas. Esta propuesta contribuye de forma práctica a evitar los más evidentes problemas que existen en los catálogos, después de normalizar la información de todos los objetos fotográficos que compartan igual imagen indicial o que hayan sido realizadas a partir de una misma sesión fotográfica, se obtendrá una representación textual de esos documentos que sea consistente y congruente. Sin embargo, el objetivo principal de este texto es poner en el centro de la discusión los fundamentos que actualmente prevalecen en los criterios de la creación de catálogos de los tres archivos fotográficos más importantes de México: considerar a cada fotografía una obra de arte individual, dejando de lado el análisis como documentos creados en procesos y contextos específicos.
This paper shows some examples of the inconsistencies that are present in the respective instruments of consultation of the Mexican photographic archives; from analyzing the ways of making available to the public hundreds of copies attributed to Winfield Scott and Charles B. Waite, American photographers who worked in Mexico at the beginning of the 20th century. It is hypothesized that an early valuation of the "aesthetic" quality of this photographic production made it possible to organize the photographs according to art history criteria, leaving aside the proposals of the documentation sciences. In order to avoid inconsistencies in the contents of the access instruments, this work highlights the need to create documentary groups in the process of cataloguing photographic collections. This proposal contributes in a practical way to avoid the most evident problems that exist in catalogs, after standardizing the information of all photographic objects that share the same index image or that correspond to the same photographic session, we will obtain a consistent and congruent textual representation of these documents. However, the main objective of this text is to put at the center of the discussion the fundamentals that currently prevail in the criteria for the creation of catalogs of the three most important photographic archives in Mexico: to consider each photograph as an individual work of art, leaving aside the analysis as documents created in specific processes and contexts.
