La única batalla librada por el Primer Gobierno de la Concertación ha sido "la guerra contra la pobreza" que, con independencia de los éxitos que se puedan mostrar al momento de hacer entrega del Gobierno (según todas las opiniones, una reducción de alrededor de un millón de personas), continuará representando con toda seguridad el mayor desafío para el gobierno que se inició en marzo de 1994.