Jorge Edwards reseña en este artículo tres testimonios aparecidos en los últimos tres años sobre la Revolución cubana. Sin habérselo propuesto, señala Edwards, las memorias de un ex lugarteniente del Che Guevara en Bolivia (Daniel Alarcón Ramírez), de un ex miembro de la nomenclatura cubana (Jorge Masetti) y de un escritor y ex cronista oficial de la Revolución (Norberto Fuentes) coinciden en un punto: la revolución ha sido un ejercicio descarnado de la más pura ‘política de poder’, al servicio del Número 1, y suicidio para los demás. Acorralada y atemorizada, la dictadura cubana aplica una mano cada día más dura, en una especie de huida hacia adelante... Y todo ocurre en la más completa indiferencia internacional. Si el desenlace del régimen soviético ha sido patético, afirma Edwards, el del régimen castrista podría llegar a ser una de las grandes tragedias latinoamericanas.