A partir de datos estadísticos, los autores analizan la cobertura del salario mínimo en once países en desarrollo, su grado de incumplimiento y la brecha salarial derivada de este, tanto para trabajadores formales como informales. Observan que los países con salario mínimo nacional (aun a buen nivel en relación con la mediana salarial) obtienen mejor cumplimiento que aquellos con salarios mínimos múltiples por ocupación y sector. Abogan además por políticas amplias de sensibilización y control con participación de los interlocutores sociales a fin de afrontar la brecha superior que afecta a las mujeres, los grupos étnicos y los trabajadores no calificados e informales.