La definición estadística «estándar» de desempleo suele criticarse porque excluye a muchas personas, consideradas ocupadas o inactivas, cuya situación es comparable en realidad a la de desempleo. El autor analiza los problemas metodológicos y estadísticos asociados a esta definición, así como su inadecuación a los países en desarrollo, donde el empleo es muy heterogéneo. Demuestra además que la tasa de desempleo tiende a subestimar el excedente de oferta de mano de obra y es un mal indicador del déficit de trabajo decente. Por último, destaca sus límites en tanto que orientador de la política económica