El artículo examina cómo están afrontando la crisis diferentes regímenes de seguridad social en función de sus mecanismos de financiación. Se centra en cinco países de la UE representativos de los diversos modelos. Muestra que la crisis y las medidas de estímulo o austeridad asociadas han provocado una disminución de los recursos asignados al bienestar social y que, a corto o medio plazo, los regímenes contributivos son financieramente más sólidos durante las recesiones que los no contributivos. El modelo contributivo continental parece el más estable a largo plazo, al centrarse en el mantenimiento del empleo, principal fuente de ingresos del Estado.