El interés creciente por los efectos de la reglamentación laboral en el rendimiento del mercado de trabajo ha suscitado intentos de análisis cuentitativos para comparaciones entre países. Sin negar la contribución de este enfoque a la investigación empírica, el autor analiza críticamente los indicadores clasificatorios de los regímenes normativos, en concreto el componente relativo al salario mínimo del influyente indicador de normas del trabajo del Banco Mundial, y descubre problemas importantes: sesgo teórico de medición, ignorancia de las características institucionales y negación de los aspectos no determinables en la reglamentación, tras lo cual advierte del peligro de utilizar estos indicadores para fundamentar decisiones políticas.