Antonio M. García-Molina Riquelme
Las conductas tipificadas como delitos contra natura fueron duramente reprimidas por la legislación del Antiguo Régimen, en virtud al rechazo de que eran objeto por la sociedad y la religión. Tal proceder, sustentado por la doctrina jurídica y la teología moral, llegó, incluso, a afectar negativamente a las garantías procesales de los reos, como se constata al desmenuzar un procedimiento instruido por un delito de bestialidad.