Clara Guillén Subirán
Después de más de un año de pandemia por COVID-19, la incertidumbre, el estrés que conlleva la situación, la persistencia de su amenaza y los constantes retrocesos en su control están teniendo graves consecuencias en la salud mental de la población. Los datos señalan el aumento de algunas síntomas o trastornos como insomnio, ansiedad, estrés postraumático y episodios depresivos.
Es, por ello, una crisis invisible que puede tener consecuencias importantes sobre todo, a medio y a largo plazo, para la sociedad en general y para el sistema de salud, y que exige una especial atención a las necesidades de apoyo psicológico y emocional, para evitar que los efectos se cronifiquen.