Han vivido muy de cerca las consecuencias de la pandemia, y no ha sido un trago fácil. Se les exige un riguroso código ético, una excelencia a nivel operacional y emocional, sin embargo, el sector funerario nunca ha sido considerado atractivo profesionalmente. Cuidar del bienestar físico y psíquico de sus trabajadores es la clave que marca la diferencia. Grupo Albia, no solo ha sabido bandear estos aires convulsos, sino que además ha salido reforzado porque nunca ha olvidado el papel trascendental que tiene la prevención en su equipo.