El brillante horizonte profesional que se vislumbró con la llegada del Reglamento General de Protección de Datos depende, en gran medida, de la capacidad para generar valor añadido y excelencia de nuestro trabajo. Los profesionales de la privacidad debemos erigirnos como un orgulloso referente de la protección de todas las partes afectadas; pero sin olvidar que, detrás de cada dato personal existe, precisamente, una persona. Para ello, resultan imprescindibles una labor y una actitud interdisciplinar, proactivas y, sobre todo, ensalzadoras de la propia profesión y sus valores. Este artículo pretende, precisamente, poner en valor nuestra profesión y el trabajo que realizamos día a día y, en definitiva, que todos y todas nos sintamos orgullosos y convencidos de haber escogido el camino correcto.
The glittering horizon that was glipsed with the arrival of the General Data Protection Regulation depends on the capacity to generate added value and excellence in professional’s daily work. We, the privacy professionals, must set ourselves up as a proud reference for the protection of all the stakeholders involved. But we must not forget that behind each personal data there is one person concerned, In order to achieve this goal, it is essential to adopt an interdisciplinary and proactive attitude towards the profession itself an its intrinsic values. The aim of this article is, precisely, to highlight the value of our profession and daily work. And, above all, to make us feel proud and convinced that we have chosen the right path.