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La realidad de España en materia de consumos de alimentos se configura como un collage en el que se pueden intuir algunas tendencias entre los jóvenes. los distintos sectores de la cadena alimentaria deberían estar muy atentos para responder a las demandas de consumidores cada vez más informados y concienciados. Se observa dos tendencias: una valoración positiva hacia tolo lo que, con mayor o menor certificación, se identifique con valores de sostenibilidad, ecología, medio ambiente, frescura, origen vegetal, proximidad, menor huella de carbono; y otra negativa hacia todo lo que , con mayor o menor certeza, se identifique con maltrato animal, contaminación de suelos y agua, prácticas agresivas de producción y transformación industrial, así como exceso de azúcares y grasas
