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Carlos García Serrano, José María Arranz Muñoz 
Este artículo estudia tres cuestiones: (a) cuáles son las características de las empresas, los puestos de trabajo y los trabajadores involucrados en las medidas temporales de reparto del empleo (MTRE) en España; (b) cuál es la duración de la percepción y el grado de repetición de las prestaciones por desempleo por suspensión de contrato y reducción de jornada; y (c) cuáles son las características de los trabajadores afectados por estas medidas que, siendo posteriormente despedidos, tienen derecho a la reposición de la duración de la prestación por desempleo de nivel contributivo.
La información utilizada proviene de los microdatos de los ficheros de prestaciones por desempleo del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), disponibles para 2007-2015. El periodo de análisis se ha circunscrito a los años en que la utilización de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) de suspensión de contrato y reducción de jornada aumentó de forma considerable como consecuencia de la última recesión económica, con dos años como referencia: uno de uso muy intenso como fue el 2009 y otro de uso mucho más reducido como el 2015.
En relación con las características de los perceptores de prestaciones asociadas a MTRE, estos eran en 2009 mayoritariamente varones, personas de 30-44 años de edad, ocupados en empresas de la industria y en puestos de trabajo manuales poco cualificados.
Estas características han cambiado algo en 2015, al pasar a ser mayoría los mayores de 45 años. La comparación de la distribución de estos perceptores con el total de los perceptores de prestaciones contributivas por desempleo ha permitido analizar en qué características sociodemográficas y laborales aquellos se encuentran sobre– o infrarepresentados. Los resultados obtenidos apuntan a que los varones, los mayores de 45 años y los puestos de trabajo manuales de cualificación baja («ocupaciones elementales») y en empresas industriales se encuentran sobre-representados en la percepción de las prestaciones asociadas a MTRE. Se trata, por tanto, de trabajadores (y puestos) para los que la protección del empleo y del desempleo es elevada. Esto coincide con lo obtenido en estudios realizados para otros países, como Alemania, Francia e Italia, en los que el uso de MTRE suele ser más alto que en España.
En cuanto a la duración y la repetición en la percepción de prestaciones por desempleo asociadas a las medidas de reparto del empleo, también se han utilizado los microdatos del SEPE, pero la información ha tenido que ser tratada intensamente para ser convertida en información longitudinal, es decir, referida a los mismos individuos a lo largo del tiempo. Esto ha permitido calcular la duración efectiva acumulada de la percepción de las prestaciones contributivas, lo que es especialmente relevante en el caso de las prestaciones asociadas a MTRE, dado que los días de suspensión o las horas de reducción de jornada no tienen por qué ser consecutivos. Los resultados muestran que los perceptores de prestaciones por suspensión presentan una duraciones acumuladas relativamente cortas (algo menos de cinco meses –unos 135 días– en 2007- 2008, menos de tres meses –86 días– en 2009 y alrededor de cuatro meses –entre 104 y 128 días– en 2010-2013), mientras que las de las prestaciones por reducción de jornada fueron más prolongadas (siete meses –en torno a 210 días– en 2007 y 2009, con un pico de casi nueve meses –268 días en 2008– y cuatro-cinco meses –entre 126 y 151 días– en 2010-2013). Como estas cifras se basan en información sobre días y no sobre horas, ello produce una sobre-estimación del número de días de percepción.
Por lo que respecta a la repetición en la percepción, que está implícita en la misma naturaleza de las prestaciones por desempleo asociadas a MTRE, lo que se ha obtenido con los datos del SEPE es que el individuo promedio ha pasado de repetir dos veces en las prestaciones por suspensión si entró por primera vez en la percepción en 2007 a hacerlo 14 veces si entró en 2013 (con duraciones más cortas), mientras que los trabajadores que reciben prestaciones por reducción han pasado en media de repetir 2,3 veces en 2007 a casi 4 veces en 2013. La suma de las duraciones de todos estos episodios de repetición es lo que produce las duraciones efectivas acumuladas mencionadas antes.
Finalmente, el examen de las características de los trabajadores afectados por las medidas de reparto que fueron despedidos y luego tuvieron derecho a la reposición de la duración de la prestación por desempleo de nivel contributivo (de acuerdo con lo establecido en el RDL 2/2009, de 6 de marzo) muestra que aquellas son similares al promedio de quienes se ven afectados por EREs de suspensión o reducción. En este sentido, destaca la importancia de quienes trabajaban en puestos de cualificación baja («ocupaciones elementales») y en la industria, cuyos pesos son especialmente elevados en los primeros años del periodo recesivo (2009 y 2010). Además, se trata de perceptores que se sitúan en la parte superior de la distribución de duraciones potenciales, siendo el grupo mayoritario el de los perceptores que comienzan una prestación contributiva con periodos de derecho de 720 días (el máximo posible). Esto indica que los trabajadores que participan en las medidas de reparto de trabajo son principalmente trabajadores con antigüedades prolongadas, con mucha experiencia laboral y con derecho a largos periodos de protección por desempleo. A pesar de ello, las duraciones efectivas medias de estos trabajadores fueron inferiores a las duraciones potenciales, debido a que menos de la mitad de estos agotaban el periodo de percepción.
This article examines three issues: (a) what are the characteristics of companies, jobs and workers involved in short-time work (STW) measures in Spain; (b) what is the duration of recipiency and the degree of repetition of unemployment benefits for suspension of contract and reduction of hours; and (c) what are the characteristics of the workers affected by these measures who, being subsequently dismissed, are entitled to the replenishment of the duration of the unemployment insurance benefit.
The information used comes from the microdata of the unemployment benefit files of the Public Employment Service (PES), available for 2007-2015. The period of analysis has been limited to the years in which the use of the Expedientes de Regulación de Empleo (EREs) of suspension of contract and reduction of hours increased considerably as a result of the last economic recession, with two years as reference: one of very intense use as was 2009 and another of much smaller use as 2015.
In relation to the characteristics of the recipients of benefits associated with STW, they were in 2009 mostly male, 30-44 years old, employed in industry companies and in lowskilled manual jobs. These features have changed somewhat in 2015, with the majority becoming the over-45s. Comparison of the distribution of these recipients with that of the total contributory unemployment benefit recipients has allowed to analyze in which sociodemographic and labor characteristics those are over– or under-represented. The results are that males, aged 45 or over, working in low-skilled manual jobs («elementary occupations») and in industrial firms are over-represented in the perception of benefits associated with STW. These are therefore workers (and jobs) for which the protection of employment and unemployment is high. This coincides with studies conducted for other countries, such as Germany, France and Italy, where the use of STW is usually higher than in Spain.
As regards the duration and repetition in the collection of unemployment benefits associated with work-sharing measures, PES microdata has also been used, but the information has had to be intensively processed to be converted into longitudinal information, that is, referring to the same individuals over time. This has made it possible to calculate the cumulative effective duration of the recipients of insurance benefits, which is particularly relevant in the case of benefits associated with STW, since suspension days or hours of reduction of hours does not have to be in a row. The results show that recipients of benefits due to suspension of contracts have relatively short cumulative durations (just under five months – about 135 days – in 2007-2008, less than three months – 86 days – in 2009 and about four months – between 104 and 128 days – in 2010-2013), while those for reduction of hours were longer (seven months – around 210 days – in 2007 and 2009, with a peak of almost nine months – 268 days in 2008 – and four-five months – between 126 and 151 days – in 2010-2013). As these figures are based on information on days and not on hours, this results in an over-estimation of the number of days of perception.
As regards repetition in perception, which is implicit in the same nature as unemployment benefits associated with STW, what has been obtained from the PES data is that the average individual has gone from repeating two times in suspension benefits if he/she first entered the perception in 2007 to doing so 14 times if he entered it in 2013 (with shorter durations), while workers receiving reduction benefits have averaged 2.3 times in 2007 to almost 4 times in 2013. The sum of the durations of all these repetition episodes is what produces the accumulated effective durations mentioned above.
Finally, the examination of the characteristics of the workers affected by the worksharing measures who were dismissed and then entitled to the replenishment of the duration of the insurance unemployment benefit (in accordance with the provisions of RDL 2/2009 of 6 March) shows that those are similar to the average of those affected by EREs of suspension or reduction. In this sense, it highlights the importance of those who worked in low-skilled positions («elementary occupations») and in industry, whose weights are particularly high in the early years of the recessive period (2009 and 2010).
In addition, these are recipients that are located at the top of the distribution of potential durations, the majority group being that of the recipients who start an insurance benefit with an entitlement period of 720 days (the maximum possible). This indicates that workers involved in work-sharing measures are mainly workers with long seniority, with a lot of work experience and with the right to long periods of unemployment protection.
Despite this, the average effective durations of these workers were less than the potential durations, because less than half of these exhausted the potential period of recipiency.
