En este artículo se ofrece un balance de lo conseguido por el Gobierno del Presidente Lula desde su llegada al poder, hace menos de un año. Se ha logrado tranquilizar las desconfianzas internacionales respetando los compromisos exteriores y controlando con firmeza la inflación y el déficit presupuestario. Las cuentas exteriores brasileñas son, ahora, excedentarias. También se han emprendido reformas estructurales, como la del sistema de previsión pública. Con este enfoque realista, es de esperar que la economía alcance el crecimiento que le corresponde y se llegue a cambiar el perfil habitual del modelo de desarrollo brasileño.