Martha Nussbaum representa lo más granado de la filosofía americana. Ha sabido conjugar su interés académico con su pasión por la discusión pública, convirtiéndose en una referencia intelectual. Su primera gran obra, La fragilidad del bien (1986), no solo sirvió para catapultarla a la fama, sino también para ampliar la noción de vida buena, en la que, a su juicio, intervenían factores externos. Asimismo, fue pionera al subrayar el papel de las emociones en la acción humana. Al hilo de sus intereses, en su último ensayo, La tradición cosmopolita (Paidós, 2020), al que pertenece el siguiente fragmento, resume su teoría sobre las capacidades humanas básicas, identificando aquellas áreas en las se decide el progreso y desarrollo del hombre.