Abdellah Boudahrain
Considerando en conjunto todos sus componentes, los regímenes de prestaciones de largo plazo de Marruecos y Túnez están en notable declinación y por el momento no se ha presentado una opción seria para remediar el limitado alcance del modelo contributivo del seguro social. Además, la coordinación y armonización de esos regímenes apenas se inician. Las condiciones de adquisición de derechos son rigurosas y las prestaciones magras, sea las destinadas a los discapacitados, a los jubilados o a los sobrevivientes de éstos en caso de deceso. La privatización de las pensiones sólo beneficia a los aseguradores privados y a una pequeñísima proporción de la población a la que apunta. Sin embargo, Túnez ha dotado a su población interesada de una protección más avanzada que la de Marruecos, país más populoso, cuyos dirigentes están menos inclinados a ser generosos al respecto. Sea como sea, los responsables del seguro social de ambos países aún deben recorrer un largo camino antes de que sus poblaciones en rápido envejecimiento puedan aspirar a una vida relativamente decente.