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Ron Sánchez
Las estrategias modulares para fabricar productos trascienden las fronteras de la propia estrategia del producto y proporcionan nuevas formas de plantear la creación de organizaciones más flexibles mejorando, por ejemplo, el rendimiento de las cadenas de suministro y entrega, de los procedimientos de externalización o de la definición del aprendizaje organizativo. La modularidad se convierte así es una forma fundamental de mejorar la flexibilidad de la estrategia de una empresa mediante el desarrollo de la adaptabilidad y la evolución del producto y de las arquitecturas del proceso. Así lo han experimentado empresas como Sony, Ikea y Philips, entre otras, quienes han aplicado con éxito el pensamiento modular a sus procesos y a sus productos.
