La recuperación económica iniciada en el mes de mayo se vio frenada en agosto por la aplicación de nuevas restricciones en numerosos territorios, así como por las recomendaciones de no viajar a España y la introducción de cuarentenas por parte de diversos países. El avance del PIB en el tercer trimestre se puede estimar en torno al 11,5%, lo que supondría una recuperación de casi el 40% de la actividad perdida en los dos trimestres anteriores. La previsión para el conjunto de 2020 es una caída del PIB del 13%, como resultado de dos realidades distintas:
la actividad se contraerá un 35,5% en los sectores asociados al turismo y actividades de ocio y cultura, y un 4% en el resto de sectores. El rebote previsto parafinal del presente año se retrasará a 2021.
La previsión para ese año es de un crecimiento del 7,9%.
Ahora bien, la recuperación no será total hasta 2023, o inclusohasta 2024, dependiendo de la senda de la política económica.
La tasa de paro sesituará en el 19,9% en el último trimestre de 2020 y un año después todavía habrá 600.000 parados más que antes de la crisis. Finalmente, el déficit público superará el 12% del PIB en 2020 y estará en el 8% en 2021, de modo que la deuda pública se estancará en valores cercanos al 120% del PIB. El impacto del Plan Europeo de Recuperación dependerá de si los fondos recibidos se aplican a la realización de las reformas necesarias para elevar la productividad de la economía española y afrontar sus principales desequilibrios económicos y sociales.