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El autor analiza la reciente sentencia 421/2020, de 22 de julio, del Tribunal Supremo, para la unificación de doctrina en materia de imprudencia en el ámbito del tráfico viario. A su juicio, la trascendencia de la resolución resulta evidente por ser la primera sentencia que dicta el TS sobre imprudencia en relación con la circulación de vehículos después de las reformas del Código Penal, o por haber sido dictada por un Pleno jurisdiccional de la Sala II, con el reforzado alcance vinculante que este hecho otorga al pronunciamiento, o por abrir las puertas de la casación a la posibilidad de revisar la valoración de la gravedad de la imprudencia que realice el tribunal de instancia, partiendo siempre del escrupuloso respeto a los hechos probados, o por la conclusión definitiva a la que llega en la calificación de la imprudencia como menos grave en el supuesto que analiza y por versar sobre un hecho relativamente habitual en el ámbito del tráfico viario que resulta equiparable en su gravedad a otras acciones imprudentes igualmente frecuentes en la práctica de los tribunales.
