Se ha convertido en una pieza estratégica dentro de las empresas. Es capaz de crear compañías fuertes y aunar diferentes voluntades bajo la misma bandera corporativa, pero lo más importante dentro de sus logros, es el poder hacer sentir valorados a los empleados, mejorando su calidad de vida, tanto física como emocional. El líder debe ser el encargado de guiarles hacia ese propósito inspirador, ocupándose de establecer la visión y las prioridades de esta nueva cultura.