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La “cuestión moral” interpela al derecho público para la tarea de definir y asegurar el conjunto de deberes propio de los servidores públicos. Una vez contrastados los riesgos y analizadas las deficiencias de los marcos de integridad vigentes, lejos de anunciar el inevitable fracaso de la ética pública, se aboga por un necesario rearme teórico y práctico de la disciplina en su vertiente jurídica. En el artículo se defiende que la regulación de la ética pública se fundamenta en un núcleo constitucional de principios que emergen mediante la interpretación de un contexto jurídico complejo.
Este núcleo de principios debe desplegarse en un amplio abanico de instrumentos de derecho administrativo, dirigidos a definir el estatus de quienes ostentan cargos públicos al servicio del interés general, con el fin de asegurar el control del poder y afianzar la legitimidad del sistema democrático.
The “moral issue” challenges public law to define and ensure the set of duties expected of public servants. Following an exposition of the risks and an analysis of the shortcomings of current integrity frameworks, the article, far from announcing the inevitable failure of public ethics, in fact advocates for the necessary theoretical and practical rearmament of the discipline in its legal sense. It argues that the regulation of public ethics is based on a constitutional core of principles formed through the interpretation of complex legal contexts. The article suggests that this core should provide the basis for a wide range of administrative legal instruments aimed at defining the status of public officers who serve the general interest. These, in turn, can be used to ensure the control of power and to strengthen the legitimacy of the democratic system.
