Angelo Grimaldi
Desde el año 1812 hasta el año 1860, cuatro grandes experiencias constitucionales se desarrollan en Sicilia y todas ellas tienen en común la tendencia general a alcanzar una forma de descentralización institucional y el reconocimiento de una autonomía administrativa. Lo que los Sicilianos pedían siempre se quedaba en el ámbito de la «autonomía» y nunca del «separatismo». En todo documento, se puede vislumbrar la disponibilidad de los Sicilianos a negociar. Incluso en el año 1860, los Sicilianos muestran esta actitud: a pesar del fracaso de las anteriores peticiones, buscan y afirman la autonomía, el reconocimiento de más poderes de decisión (y su propia asamblea) en relación con la única soberanía estatal, ejercida en este último caso por Vittorio Emanuele, a lo cual Sicilia habría seguido estando sujeta. Por última vez en esta larga década del siglo XIX, los Sicilianos dieron prueba de madurez y sentido del Estado.