La teoría del conocimiento de William James surge como un intento de superar la tradición dualista respecto al problema del conocimiento mediante la asunción de una postura monista que, sin embargo, no se compromete ni con el monismo materialista ni con el idealismo porque, como se sostiene en este trabajo, e1 monismo jamesiano se reduce al plano estrictamente epistemológico y, por lo tanto, está muy alejado de las connotaciones ontológicas de estas dos doctrinas filosóficas. No obstante, la noción de "Experiencia Pura", término con el que James denomina a la entidad surgida al afirmar la unidad de los dos polos tradicionales del proceso cognoscitivo -el objetivo y el subjetivo-, es lo suficientemente ambigua como para conservar en su seno lo fundamental del dualismo cognoscitivo bajo la forma de relaciones entre partes de una misma experiencia conectadas de tal forma que no se produzca la reducción de una a la otra poniendo de manifiesto, únicamente, que no es necesario buscar un apoyo transempíríco para el conocimiento, que la experiencia, en conjunto, no necesita apoyo externo.